Durante la Cuaresma, puedes ofrecerle a Jesús pequeños sacrificios. Algunas sugerencias:
Ayunaré de juzgar y diré frases sanadoras.
Ayunará del egoísmo, viviré en gratuidad.
Ayunaré de enojo, procuraré vivir en paciencia.
Ayunaré de pesimismo, me llenaré de esperanza.
Ayunaré de preocupaciones, confiaré más en Dios.
Ayunaré de quejarme, daré gracias a Dios por la vida.
Ayunaré de la angustia, oraré con más frecuencia.
Ayunaré de rencores, practicaré el perdón.
Ayunaré de darme importancia a mi mismo, seré compasivo con los demás.
Ayunaré de desalientos, me llenaré del entusiasmo de la Fe.
Ayunaré de perder el tiempo inútilmente, ofreceré mi tiempo al que me lo pida.
Ayunaré de desprecios hacia los demás, veré en toda persona a un hermano.
Ayunaré de todo lo que me separe de Jesús, intentaré vivir muy cerca de Ël.
Ayunaré, Señor, para tener hambre de Ti y,
Para que pensando sólo en Ti, un día pueda estar junto a Ti.